Chile ha sido uno de los
países que ha presentado los índices más altos de discriminación a personas que
practican otras tendencias sexuales diferentes a la heterosexual, en los años
2007 y 2008 se vivió éste fenómeno de manera muy intensiva por parte de
instituciones educativas, por altas cortes, por senadores de la república de la
más extrema derecha, por un alcalde y por obispos y cardenales católicos.
En el año de 2008 aumentó
también el número de demandas presentadas por los individuos que fueron objeto
de discriminación por su orientación sexual. El ataque por parte del estado y
del núcleo familiar fue alto. Por parte del estado se vieron despidos en
instituciones públicas, discriminación en los centro educativos y de salud y
cada vez que interponían demanda ante los tribunales estos las rechazaban,
negándole así a estas personas el debido proceso y acceso a la justicia, sin
duda la discriminación por sus orientaciones sexuales se vivía de manera muy
rígida. La rama del poder público que fue más dócil frente a esta situación fue
la rama ejecutiva del poder público, empero muchas personas estaban
descontentas con Michelle Bachelet porque en ella estaban esperanzados muchos
individuos de la comunidad LGBT, pero no fue así.
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El estudio que ha hecho Movilh
sobre los casos de abusos que arremeten contra las personas que pertenecen a
minorías sexuales han sido de todas las índoles que van desde el maltrato
físico hasta la exclusión de organismos públicos o privados.
“Entre los 65 episodios
contabilizados por el Movilh en 2008 figuran tres ataques físicos, nueve casos
de discriminación laboral, cuatro atropellos en el ámbito educacional, nueve
campañas públicas de personas y agrupaciones contra las minorías sexuales y 16
casos de discriminación o intento de exclusión institucional.
A ellos se suman cuatro
hechos de prohibición de uso de espacios públicos o privados, ocho atropellos
provenientes de familiares, amigos o vecinos, nueve declaraciones públicas
contra minorías sexuales y tres sucesos de discriminación en la cultura, los
medios de comunicación y el espectáculo.
Del total, 27 por ciento
afecto a homosexuales, 22 por ciento a lesbianas, 11 por ciento a transexuales
y 40 por ciento a las minorías sexuales como conjunto”.
Se observa entonces que la
sociedad chilena en su conjunto desde particulares hasta funcionarios públicos
discriminan y ven las prácticas homosexuales como una enfermedad que sea
apodera de los homosexuales y transexuales, era tan dura y rígida esta
situación que dentro del código penal chileno se prohibía en espacios públicos
la muestra de afectos por parte de transexuales y homosexuales.
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